sábado, 6 de diciembre de 2008

La Paternidad (Adultez Joven o Temprana).

Ser padre implica una serie de modificaciones de la personalidad:
  • Modifica el súper yo y fortalece el yo: generación de mayor flexibilidad del súper yo al ver a otro nuevo. Reactualización de identificaciones pasadas, tendemos a cuestionarlas y a modificar exigencias y expectativas. Flexibilización en diferentes ámbitos; normas aplicadas a mí son flexibilizadas para aplicarlas a mi hijo.

El yo se fortalece, al ser un buen padre se introyectan experiencias satisfactorias, generando confianza en el ejercicio del yo. Aumento del autoestima al saber que alguien (hijo) depende de mí, me necesita. Las malas experiencias generan lo contrario: culpabilización, ansiedad. Círculo vicioso negativo, se empobrece el yo, miedos, ansiedades.

  • Concebir un hijo otorga mucha seguridad, es un estímulo para la integración y elaboración de la sexualidad.

Poder quedar embarazada genera ansiedad; lograrlo da seguridad.

Después de tener hijos se vive mejor la sexualidad, se vive sin culpa (“ya procreé”). Mayor capacidad de goce, aceptación de la sexualidad como una cualidad, un espacio de entrega.

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